San Martín, Balbín y Perón «200 años para repensar nuestra Patria»

APRENDER DE LA HISTORIA 

TENEMOS LA OBLIGACIÓN MORAL DE ACABAR CON LA «GRIETA» Y MIRAR UNA PATRIA PARA TODOS. COPIAR LO HECHO POR SAN MARTÍN, ALBERDI, ROSAS Y TANTOS OTROS HOMBRE Y MUJERES DE NUESTRA HISTORIA.

Por ESTEBAN JOFRE.

Hace ya unos cuantos años toma vigor en cada debate, análisis, o aún en charlas de café, un concepto que se sumaría al glosario argentino, “la grieta». La misma, fogoneada por medios de comunicación y utilizada por la coyuntura política, terminó convirtiéndose en el callejón sin salida para el encuentro de soluciones y acuerdos en una sociedad que necesita repensarse a sí misma. Una manera elegante de presentarlo sería preguntarse quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es imposible avanzar sobre esto cuando los gestores del desacuerdo nos muestran un abismo insalvable y plantean el disenso en términos irracionales.

Hace unas semanas arribó a tierras mendocinas el presidente Fernández con el objeto de recorrer una obra e inaugurar otras. Ante esto, lejos de lo que cualquier ciudadano pueda pensar, Suarez sin importar la calidad de su investidura decidió no asistir a su encuentro. Lo que podría haber sido una mesa de trabajo entre equipos nacionales y locales, terminó siendo una catarata de tweets de un lado y del otro. Vale aclarar que es sin el objeto de descargar culpas sobre uno u otro sino con la intención de graficar una dinámica reiterada y que lleva a un interrogante: ¿Dónde están los líderes? El liderazgo bien entendido es aquella capacidad que tiene una persona para influir, organizar y motivar a otras personas en pos de un objetivo común.

A lo largo de nuestra historia hubo gestos de unidad de hombres que hoy están en el bronce. Todos supieron entender que su rol era trascendental, cada generación tuvo los suyos. Rosas y Alberdi, enemigos acérrimos, uno pedía la cabeza del otro. Ambos durante su exilio en Inglaterra se cruzaron. Alberdi se ofreció a ser su biógrafo, incluso a defenderlo ante el juicio que se llevaba su en ausencia en Buenos Aires. Rosas le respondió «Los hombres de frac de Buenos Aires jamás se lo perdonarían». Un ejemplo más de respetuoso entendimiento. Otro ejemplo, más cercano en perspectiva a nuestros tiempos, fue el encuentro de Balbín y Perón en el 72′. El primero sufrió el encarcelamiento durante el peronismo, el segundo el derrocamiento y exilio. Aun así entendieron que la normalización de la vida institucional interrumpida por dictaduras cívico-militares era un objetivo común de los dos movimientos políticos más grandes que dió nuestro suelo. Este momento queda inmortalizado con la despedida de Balbín frente al féretro de Perón «Este viejo adversario despide a un amigo»

Hoy en Tunuyán nos encontramos celebrando el bicentenario del regreso del General San Martin de su magnífica hazaña libertadora. Más allá de las fanfarrias, el brillo y color de los uniformes o los entretenidos espectáculos, es importante indagar sobre significado. Revivir sus pasos es encontrarnos con un ejemplo de liderazgo y unión y quizás así, una oportunidad más para que aflore una dirigencia capaz de vencer la engañosa propuesta de la grieta, de ver el bosque y no solo el árbol, capaz de trabajar para la historia y no para fugaces encuestas.

 

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